lunes, 9 de diciembre de 2013

CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS CIELORRASO APLICADO

Como primera medida en la construcción de un cielorraso aplicado,  se debe proceder  a marcar   la  línea en base a la cual   se construirá y nivelará  el  cielorraso. Para ello nos valemos de la cota de referencia marcada a 1 metro en toda la obra mediante nivel de manguera.  No es recomendable determinar el nivel del cielorraso en base al piso, pues éste puede estar desnivelado (inclinaciones, pendientes etc.). Valiéndose del  nivel  de manguera,  el  operario comienza marcando puntos sobre las paredes del local (figura 1) los  cuales serán unidos posteriormente mediante una línea,  la  cual se traza con lápiz y regla (figura 2).


Una vez concretada  la  línea de nivel,  se procede de  igual  manera que al  hacer  el  revoque de una pared,  con algunas pequeñas salvedades que a continuación se detallarán: En la mezcla del grueso, se agregará una cucharada de yeso, con el fin de acelerar el fragüe y poder trabajar mas rápido. Dado que el espesor del cielorraso no superará 1 ½ cm, se debe procurar una losa lo mas pareja y nivelada posible, para lo cual se picarán  salientes, se sacarán clavos y alambres, y se rellenarán los huecos con concreto o; en caso de tener cierta   profundidad; con plaquitas de ladrillo mas concreto.

A las partes de hormigón si las hubiere, se las mojará y salpicará con concreto (esperando hasta su secado para revocar) a  fin de procurar un buen agarre. Lo mismo se hace con el resto de la superficie: este salpicado de concreto, funcionará como  puente de adherencia entre la losa y el grueso. En base a la línea de nivel, se colocarán los hilos (a unos 1,5 mas abajo que la losa) que definirán el nivel de los bulines, y   mediante ellos el nivel del cielorraso. Los hilos se sujetarán mediante clavos insertos sobre las paredes (no sobre el techo)   de manera enfrentada.

A partir de allí se trabaja de manera similar que en el caso de revoques comunes: se colocan los bulines (fig. 1) se hacen las  guías (fig. 2) se hace el revoque grueso (fig. 3) y finalmente el revoque fino.

Si estuviéramos trabajando sobre losa de viguetas de mas de 3 m de largo, se las deberá cubrir con metal desplegado atado   con pelos de alambre y pegados con concreto, esto en razón de la tendencia marcar el cielorraso, que presentan las viguetas  que superan la luz indicada anteriormente (fig. 4).


A  los cielorrasos aplicados conviene hacerlos antes que a  los revoques y  los pisos,  para no salpicarlos con mezclas y  estropear así, los trabajos ya realizados, con la pérdida de tiempo que ello implicaría.

En resumidas cuentas, el cielorraso aplicado es una pasta adherida a una superficie horizontal, la que debe tener un puente  de adherencia (azotado de cemento o capa fina de mezcla chirle de concreto) luego un engrosado de cemento a la cal y  como terminación un enlucido a la cal (símil revoque) o de yeso.

Un cielorraso rígido monolítico no puede apoyarse o suspenderse en estructuras que puedan  llegar a  tener movimiento  (estructuras elásticas) como ser cielorrasos suspendidos sobre estructuras no rígidas (estructuras metálicas o de madera) ya  que se quebrarían,  por  lo que es conveniente que formen parte de estructuras en  las que se  tenga  la certeza de que no  tendrán actividad dinámica (movimientos) como ser un techo de losa.

Sabido es que estos cielorrasos se constituyen de igual modo que un revoque común, por consiguiente, sufren los mismos  problemas y son válidas en ellos, las mismas consideraciones que se hacen en los revestimientos de paredes.

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