Para que el sistema de aguas residuales trabaje como fue proyectado, debe ser construido de acuerdo con los planos y las especificaciones. Es muy importante que la dirección y la pendiente de cada alcantarilla estén establecidas y mantenidas cuidadosamente de modo que las velocidades de auto-lavado sean obtenidas.
Antes de la construcción, el contratista debe establecer una dirección equivalente donde no sea interrumpida ni cubierta; luego, medir desde la dirección equivalente para proyectar la zanja en el terreno. Cuando la zanja ha sido llevada cerca de su pendiente final se colocan tablas guía transversalmente a intervalos de 10 a 15 m, como se muestra en la figura 7.1. La línea central de la alcantarilla se establece en
las tablas guía al medir desde la dirección equivalente y clavar un listón vertical para que uno de sus lados esté en la línea central. La cota de cada listón se establece luego y se hace una marca sobre éste en una cota que equivale a una distancia idéntica sobre la pendiente acabada de la alcantarilla en cada tabla guía. Se coloca hacia el interior de cada listón en la marca de la pendiente y se extiende una cuerda de clavo a clavo. Dicha cuerda está en la pendiente de la alcantarilla y directamente sobre su línea central.
La dirección se establece al bajar una plomada desde la cuerda, y la pendiente se verifica con un calibrador
en forma de L marcado en la distancia equivalente al desplazamiento vertical entre la cuerda y la soleta de
la alcantarilla. Cuando el calibrador se instala en la alcantarilla la marca debe igualar la cuerda. La pendiente se verifica de esta manera en cada longitud de tubería.
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