Los limos suelen plantear problemas específicos y generalmente constituyen un mal terreno de cimentación, pues, dan lugar a fenómenos de colapso, erosión interna, fluencia lenta, etc.
A falta de una teoría propia se suele recomendar tratar los limos plásticos como suelos cohesivos, análogos a las arcillas, y los limos no plásticos como suelos arenosos finos.
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