Vienen comercialmente dispuestos en premezclas especiales, en donde el ligante o aglomerante casi siempre es el cemento blanco, ya sea en estado puro o adicionado por plastificantes y mejoradores de adherencia. En sus colores naturales (grises, rosados, ocres y verdes) son casi inalterables y muy permanentes, pero los colores impuestos mediante óxidos metálicos, declinan su intensidad con la acción de la luz solar.
Su principal problema es la acumulación de suciedad ambiental, cuya solución es un enérgico lavado con productos que contengan amoníacos, reforzados con detergentes activos, que dejan la superficie limpia y con el color original. Debe procurarse un tiempo máximo entre lavado y lavado no mayor a dos años, evitando que las deposiciones se solidifiquen imposibilitando su remoción, ya que al llegar a esa instancia, el cepillado deberá ser tan enérgico, que degradará al material en mayor medida que la misma suciedad. Lógicamente por esto, las herramientas no deben ser agresivas, siendo recomendables el chorro de agua a presión y los cepillados de fibras sintéticas.
Tanto para estos revestimientos como para los subsiguientes, es válida la misma problemática (en lo que respecta a movimientos del soporte, eflorescencias, congelamiento hídrico en la interfase, etc.) que para el caso de los revoques comunes.
Estos revestimientos se aplican en reemplazo del revoque fino, disponiéndose de las siguientes alternativas o tipos de terminación:
• Revoques peinados:
Conformado por premezclas a base de cemento banco, las cuales solo requieren del agregado de agua. si se le quiere dar color se le agrega ferrite. Al igual que el revoque fino, esta pasta se estira sobre el revoque grueso humedecido con idéntica técnica (mediante fratacho). Una vez revestida la superficie, se procede a su peinado, ejecutada con una herramienta de chapa dentada llamada “peine”, la cual es apoyada perpendicularmente a la pared y aplicada diagonalmente en forma cruzada, dejando una cuadrícula de aspecto romboidal y muy áspera. Debido a que lo que determina la forma del revestimiento es la base, el peine solo actuará como elemento de terminación nivelando la superficie y eliminando el excedente de mezcla.
• Revoques salpicados:
En este acabado, se puede utilizar el mismo material que en el caso anterior. Constituye un revestimiento de textura rústica. Aquí el peinado es reemplazado por un salpicado lo que puede hacerse alternativamente con una pistola a presión o mediante un artilugio denominado molinete manual o molinillo de salpicar, el cual consiste en hacer girar manualmente unos cepillos o pelos de acero montados sobre un eje, los que al contactarse con un tope o varilla situada en el frente del aparato, provocan una violenta despedida del material, el cual al impactar sobre la base del revoque grueso (bien humedecido) queda fijado, creando una superficie áspera e irregular.
Se puede mejorar la adherencia del salpicado, aplicándosele ligante plástico al agua de la mezcla. Por su parte el tamaño la densidad del salpicado o el tamaño de sus granos pueden variar en función de la consistencia de la mezcla (a mayor consistencia mayor grano) y de la distancia de lanzamiento, es decir del grado de acercamiento o alejamiento en el que se este trabajando. De aquí se desprende que a fin de lograr una granulometría pareja, se debe mantener una distancia constante, durante todo el proceso de salpicado.
• Revoques salpicados planchados:
Es una variante del anterior, en donde se realiza el proceso de salpicado explicado anteriormente, al que posteriormente se lo aplana (solo la punta de los granos) suavemente mediante una llana de plástico bien limpia, dejando una superficie rugosa, pero menos agresiva (sin puntas).
• Revoques símil piedra pulida:
Se lo obtiene mediante un proceso de pulido realizado sobre la base de un revoque peinado, igual al explicado en su momento. El pulido se realiza a mano con piedras al agua de distinta granulometría, las cuales son pasadas (luego de mojada la superficie) en forma circular, utilizando primeramente el grano mas grueso, para ir descendiendo secuencialmente hasta el mas fino. Así se obtiene una superficie lisa y compacta, muy parecida a la conseguida con un enlucido de yeso, pero con la importante salvedad de poseer una excelente dureza y de permitir su coloración. Para que esto sea posible es necesario empastar la superficie con una papilla del mismo material tamizado y aplicado con llana, de igual forma que la realizada con el yeso.
• Revoques bolseados:
Constituye un acabado un poco ondulado, el cual en interiores puede ser aplicado directamente sobre la mampostería, pero en exteriores requiere de un azotado impermeable.
Sobre la pared humedecida, el operario lanzará cucharadas de mezcla (cal hidráulica) con impactos fuertes y próximos entre sí. Apenas comenzado el fragüe del mortero, se ejecuta el “bolseado”, que consiste en pasar un bollo humedecido de bolsa arpillera, trapo o esponja sobre el revoque, suavemente y en forma circular. Se aprieta un poco de tal modo que la superficie queda irregular pero lisa, desparramándose el material y ondulando a gusto la superficie.
La terminación del bolseado, dependerá del tamaño de los círculos manuales así como de la cantidad de mezcla utilizada: con poca mezcla se repite suavizado el relieve de la mampostería, con mucha se consiguen ondulaciones mas marcadas.
• Revoques de mortero de cemento o alisado de cemento:
Es un acabado liso, resistente e impermeable de tipo sanitario, con el que se consigue una protección económica y fácil de higienizar, apta para locales húmedos o no tales como baños, cocinas, lavaderos, garajes, sótanos, talleres, fábricas, etc.
Sobre la base de un mortero hidrófugo húmedo y en estado de fragüe, se aplicará un M.C. (1:3) con arena zarandeada, estirando con el fratacho de abajo hacia arriba, conformando una capa de aproximadamente ½ cm de espesor. Inmediatamente se espolvorea cemento en seco, el cual se planchará con una llana, lo que producirá la mezcla del polvo, con la humedad del mortero ya aplicado, hasta producir su fusión. Con esto se obtiene una superficie limpia, pulida y de gran dureza. También admite coloración con el agregado de óxidos férricos mas conocidos como ferrites.
Su aplicación es mediante personal especializado (frentistas). Es un material cementicio que empieza a fraguar muy rápido, hay que hacerlo y terminarlo de una sola vez, si es una superficie muy grande se los hace en paños o etapas, a veces conformando superficies conjuntas. En nuestra región, al colocarse se los debe pulverizar con cemento para que no se fisure. Es conveniente modular los paños, ya que el encuentro entre un paño y el otro (sin junta) es desprolijo.
• Revoque de granito lavado:
Este revestimiento se ve materializado por un mortero con el agregado de granos de diámetros relativamente considerables (0 a 8 mm aproximadamente). Una mezcla acostumbrada en estos tipos de revestimiento es: 1 cemento; 1 marmolina; 2 de granito. Su ejecución consiste en colocar sobre el revoque grueso unos listones que harán de guías, de un ancho aproximado a los 7 mm y una separación de 70 cm entre sí.
Luego de esto, se moja el paramento y se comienza a llenar el módulo entre ambos listones. A esto le sigue el nivelado mediante la regla, lo cual a su vez es sucedido por el paso del fratacho, apretando y dejando una superficie pareja. Pasadas dos horas se lavará el mortero con agua, utilizando un pulverizador a presión que proyecte una llovizna fuerte, lo que quitará el cemento de la superficie, dejando a la piedra desnuda y limpia. Hay que procurar un riego tal que “barra” con el mortero superficial, pero no lo quite de entre las juntas de los granos, para no provocar su desprendimiento.
No son peligrosos los acabados de salpicado y peinado por las cantidades de amianto o asbesto que tienen los materiales con que se realizan?
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