Para estar correctamente diseñada una cimentación debe cumplir las condiciones siguientes: Transmitir al terreno las cargas del edificio con deformaciones (asientos) tolerables, garantizando una seguridad suficiente frente a la rotura o hundimiento.
— Poseer suficiente resistencia como elemento estructural.
— No resultar afectada por la eventual agresividad del terreno.
— Estar suficientemente protegida frente a las modificaciones naturales o artificiales del entorno (helada, cambios de volumen, variaciones del nivel freático, efectos dinámicos, excavaciones próximas, etc.)
La primera cuestión es el objeto fundamental de este capítulo.
Habitualmente el diseño se realiza por tanteos ya que no se dispone de métodos
para obtener directamente una presión de trabajo qadm, con un coeficiente de
seguridad F preestablecido respecto a la presión de hundimiento qh (qadm= qh/F)
que, al mismo tiempo, dé lugar a un asiento admisible sadm. El procedimiento
tradicional comprende, pues,
1. Determinación de la presión de hundimiento del terreno (para unas
dimensiones de cimentación aproximadas).
2. Obtención de la presión de trabajo o admisible, introduciendo coeficientes de seguridad adecuados.
3. Reajuste, si es necesario, de las dimensiones de la cimentación.
4. Cálculo de los asientos esperables.
5. Modificación de las dimensiones si los asientos no son admisibles.
2. Obtención de la presión de trabajo o admisible, introduciendo coeficientes de seguridad adecuados.
3. Reajuste, si es necesario, de las dimensiones de la cimentación.
4. Cálculo de los asientos esperables.
5. Modificación de las dimensiones si los asientos no son admisibles.
En determinados casos (por ejemplo, suelos arenosos
compactos) la seguridad frente al hundimiento está asegurada y el cálculo se
limita a la comprobación de los asientos, pero en general suele ser necesario
eL proceso completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario